viernes, 15 de enero de 2010

Feliz.

Y finalmente me di cuenta de que es así, tal como Arjona dice: “… será quizás porque no hay nada como la mala y triste vida para este oficio extraño de autor”. Y yo no seré autora, pero no me sale escribir cuando soy feliz. No salen más que palabras cursis, sin sentido, hasta graciosas y que dan asco. Y eso es lo que estoy haciendo ahora: escribiendo cosas que no me gustan. ¿Por qué? Porque estoy feliz, porque tengo todo lo necesario y mucho más, porque últimamente mi cabeza está funcionando lo suficientemente bien como para no andar arrepintiéndome todo el tiempo de lo que hago; si no al contrario, quisiera repetir muchas cosas que viví. Pero sé también que lo bueno dura poco, menos a mí, así que mejor ir aprovechándolo. Si escribo esto es porque disfruto de la acción y porque me lo pidieron: va a haber al menos una persona que lo lea, y qué más quiere alguien al que le gusta escribir que se lo pidan que lo haga: que siga escribiendo pavadas.
Este 2010 viene cargadito. Trae responsabilidades pero también muchas y buenas expectativas. Lo empecé de la mejor manera: de campamento con Power. Y si una lágrima se está asomando es por lo increíble que fue y por todo lo que viví. Me pude dar cuenta una vez más lo espectacular que es estar dispuesto a dar y no a recibir; porque al fin y al cabo terminas recibiendo mucho, mucho más. Conociéndome, nunca pensé que alguien podía llegar a agradecerme algo, y sin embargo, mi alegría hizo ese milagro posible. Me ayudaron y pude ayudar. Y me di cuenta también de que lo que dicen es cierto: “el primer hijo es de Dios”, y la verdad es que yo no puedo vivir sin él. Y se viene Block, y capaz que las tantas ganas de pasar se convirtieron en querer quedarme un ratito más con Power.
En 15 días empiezo la universidad y eso es un horror; cómo pasa el tiempo changos. Pero ahora estoy de vacaciones, en unas horas me voy al mar y mi agenda, que se llama igual que yo, todavía está vacía.
Espero mucho de este año, pero soy bastante realista. Mis sentidos por momentos se duermen, pero me comprometo a intentar ver, oír y hablar de la mejor manera posible; quiero seguir en esta carrera difícil pero hermosa, rodeada de la gente que tanto amo. Y es esa misma gente la que no me permite estar angustiada o preocupada por mucho rato, la que siempre está cerca y tiene algo para decirme y consolarme y lo que es más, sorprenderme. Gracias por hacerme tan feliz y por bancarme siempre, siempre.
Y feliz 2010 para todos. Nos vemos, no sé si tan pronto porque no creo tener en estos 15 días la mínima angustia o inspiración como para que me salga al menos una frase coherente que aporte algo al blog. Si me lo piden lo intentaré. Ojalá Santa Clara se porte bien, el clima no me defraude y la compañía siga siendo tan perfecta como hasta ahora. Sin más me despido. Hasta la vuelta!